EL mundo científico sabe exactamente cuál es el potencial de esta tecnología y se prepara activamente para liderar el mercado. USA, Europa y Japón reúnen cientos de laboratorios, científicos e inversores para desarrollar productos y aplicaciones que puedan ser patentables. No existe la crisis para esto. Tampoco hay dilemas éticos. Solo importa el futuro y quien va a liderarlo.
Las células embrionarias podrán reemplazarse por no-embrionarias, o por células autólogas provenientes de la médula del propio paciente. Las discusiones no tendrán sentido porque la ciencia avanza demasiado rápido. No habrá nuevos Galileos, estigmatizados y condenados por sus descubrimientos, sino científicos mundialmente reconocidos por la opinión pública.
Imaginen una mujer que recibe aplicaciones de células madre para incrementar su busto. Imaginen un páncreas que después de muchos años vuelve a generar insulina.
El presidente de los Estados Unidos de Norte América, Barak Obama, dijo que la promesa de la investigación de células madre sigue siendo desconocida. También dijo que respaldaría vigorosamente a los científicos que realicen estas investigaciones ya que su objetivo es que USA lidere al mundo en los descubrimientos que estos estudios puedan producir algún día.
Nadie respalda vigorosamente algo que no conoce. Nadie invierte dinero en una promesa. El futuro está aquí y lo vamos a ver en la práctica muy pronto.
Pero qué consecuencias tendrá todo esto para nosotros. Las células madre van a hacernos más longevos. Los seres humanos, que puedan pagar esta tecnología, morirán de otras cosas a edades mucho más avanzadas. Seguramente no evitarán que otros seguirán muriendo de hambre, porque hay cosas que nunca cambian.
Nos encontraremos con investigadores y profesionales serios, y con estafadores milagrosos que tratarán de sacarnos el dinero con cualquier argumento. Ninguno de los sistemas de salud que conocemos incluirá los tratamientos con células madre en sus planes. No va a ser una tecnología barata, sobre todo, si Mr. Obama piensa invertir todo ese dinero, en medio de la mayor crisis económica desde los años 30.
¿Raro, no? A veces pienso que vivo veinte años en el pasado, discutiendo estupideces que no tienen ningún sentido mientras el mundo se mueve silenciosamente hacia adelante. ¿Obama es de izquierda o de derecha? ¿Qué dice el Vaticano? No seamos tontos. El Vaticano es un lugar muy grande, con gente que piensa de muchas maneras. Esto no se trata de fe, se trata de liderazgo.
Si el manejo de la información es la clave para comprender y aprovechar plenamente el futuro que viene, nosotros tenemos la obligación de estudiar. Sin perder ni un minuto, y sin gastar ni un átomo de energía en conocimientos, pensamientos o personas que no lo merezcan.
Conocer el futuro nos va a hacer libres. Aplicarlo nos va a mantener sanos.
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