24 de marzo de 2010

Como organizar nuestro Sistema de Salud personal

Durante mucho tiempo, y desde el comienzo de la medicina, la atención médica estuvo a cargo de un médico general. Lo que hoy se conoce como médico clínico y que es fácilmente identificable si estamos en un pequeño pueblo del interior. Aquel médico que asiste a todos sin distinción de edad o de sexo.
En los tiempos modernos, ante la imposibilidad de que un único profesional pudiera cubrir todas las necesidades de los pacientes, surgieron los especialistas. La función de estos fue inicialmente la de apoyar a los Médicos Generales en la resolución de los problemas específicos que, por su complejidad o características, superaban la capacidad del generalista.
Esta distribución de roles se fue alterando con el tiempo, sobre todo dentro de nuestros centros urbanos, llegándose a dos fuertes tendencias que terminaron consolidándose como el principal modelo de nuestro sistema de atención médica:


  • El Médico Generalista se dividió fundamentalmente en tres grandes especialidades (Pediatría, Clínica Médica y Toco ginecología), y desde cada una de ellas asumió el rol de médico de cabecera.
  • El resto de los Médicos Especialistas obtuvieron de los sistemas de atención públicos y privados la habilitación para dar respuesta a la demanda directa de la población, dejando de ser un apoyo para los profesionales del primer nivel de atención y asumiendo con frecuencia la responsabilidad del manejo integral de los pacientes que a ellos acuden.
Además, buscando ampliar su base laboral, los especialistas consideraron que su área de competencia eran todos los problemas del aparato o sistema de su especialidad, y no a solo aquellos que superaran la capacidad de un buen médico de cabecera.
Esta tendencia afectó mas a la medicina del adulto, que progresivamente vio desdibujarse y hasta en muchos casos desaparecer la función e imagen del médico clínico. No ocurre lo mismo con la medicina del niño, donde es muy difícil que un padre lleve a su hijo a un cardiólogo infantil sin haber consultado antes con un pediatra.
La medicina actual, principalmente por su complejidad pero también por su oportunismo y necesidad de comercialización, ha desarrollado un inmenso menú de prestaciones, siendo necesario que el paciente acceda a ellas de la mano de un experto; y ese experto debe ser su médico de cabecera
Si el paciente encara la búsqueda de un especialista en forma directa puede cometer muchos errores, arriesgándose a comprometer su salud y su economía.
Mi consejo:




Ahora que usted está sano y no lo necesita con urgencia, arme un equipo de médicos para asistir a toda su familia en las siguientes especialidades:




  • Clínica Médica




  • Pediatría




  • Toco ginecología




  • Oftalmología




  • Odontología
Si ellos trabajan juntos, o se conocen porque atienden en la misma zona, mucho mejor ya que podrán intercambiar información en caso de ser necesario.
Siempre que usted tenga una dolencia consulte en primer término a uno de ellos. No vaya directamente a un especialista sin una recomendación, aunque puede consultar a varios especialistas cuando su médico se la haya indicado.
En lo que respecta a diagnóstico por imágenes, trate de asistir a los establecimientos que cuentan con el equipo más moderno y con profesionales que puedan informar sus estudios con mayor claridad. En este caso el análisis es sencillo, más moderno equivale casi siempre a más preciso y más detalles, y eso es lo que su médico necesita para realizar un buen diagnóstico.
Comience por este sistema y verá que es más fácil conservar su salud y prevenir enfermedades, mejorando notablemente su calidad de vida y su economía.

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