4 de mayo de 2009

El valor de la información

Epidemia (del griego epi, por sobre y demos, pueblo), en su definición tradicional, es una enfermedad ampliamente extendida que afecta a muchos individuos en una población.

En la actualidad el concepto es una relación entre una línea de base de una enfermedad, que puede ser la prevalencia o incidencia normales, y el número de casos que se detectan en un momento dado. En este sentido si una comunidad se encuentra libre de determinada enfermedad, un solo caso constituye una epidemia. En otras palabras, es un incremento significativamente elevado en el número de casos de una enfermedad con respecto al número de casos esperados.

En caso de que la epidemia tenga un carácter mundial se trataría de pandemia. En caso de enfermedades que afectan en una zona mantenida en el tiempo se trataría de endemia.

El Ministerio de Salud de la Nación mantiene una Sala de Situación de Salud, donde se registran y controlan los casos detectados de enfermedades en todo el país, así como los índices que estos conforman. Según esta Sala de Situación, el estado epidemiológico de Argentina es el siguiente:



No se vaya del cuadro, observe atentamente las enfermedades que encabezan el ranking y la evolución de los casos. Es muy buena información. Tenemos que pensar porque no la utilizamos con mayor frecuencia.

Veamos ahora los índices del 2009 según la misma fuente de información:


La influenza tiene valores menores que los esperados, lo mismo que la neumonía, aunque sería esperable que aumenten con la llegada del frío. Ahora, si vemos que en Argentina se registraron casi un millón y medio de casos de estas enfermedades en el 2007 (no hay información sobre el 2008) podemos intuir cuales serían las consecuencias de un brote de Gripe A.

Prestar atención a estos índices es lo que nos permite prevenir las enfermedades, porque podemos poner la energía y el foco en lo que es realmente importante, sin dejarnos influenciar por medios de comunicación, histerias colectivas o paranoias de todo tipo.

Por ejemplo, antes de correr a comprar barbijos y repelentes contra insectos tendríamos que prestar atención en la cobertura de las campañas de vacunación obligatorias que se realizan en nuestro país. Si tomamos solo a la Ciudad de Buenos Aires, posiblemente la región con mejor cobertura del país, los objetivos alcanzados no son enteramente satisfactorios:



¿Pueden ver la relación entre las vacunas y las epidemias? Si hubiera una serie con la evolución de las coberturas alcanzadas en las distintas campañas de vacunación, seguramente podríamos ver como los casos informados disminuyen cuando las coberturas fueron mayores. Lo opuesto también es cierto.

Las medidas de prevención para evitar la posible pandemia contra la gripe tipo A (ex porcina) va a ocasionar una disminución en los casos de influenza y neumonía, principalmente porque el miedo de los pacientes va a lograr que concurran al médico con mucha rapidez en lugar de automedicarse. Aunque también será la causante de un aumento en el precio y en el consumo de algunos antibióticos, sin mencionar los barbijos, por supuesto.

Pero cuidado, mientras buscamos en los noticieros las últimas noticias sobre los casos de Gripe A que bajan desde México y USA, posiblemente estemos ante el resurgimiento de enfermedades como la Tuberculosis, la Tos Convulsa o la Poliomelitis, que estuvieron muy controladas, pero que no perdonan el olvido.

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