29 de noviembre de 2011

La Involución de la Salud: Cuando las nuevas tecnologías se perciben como problemas

El Proyecto Genoma Humano tenía el objetivo fundamental de determinar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN e identificar y cartografiar los aproximadamente 20.000 a 25.000 genes del genoma humano desde un punto de vista físico y funcional. El proyecto, dotado con 90.000 millones de dólares, fue fundado en 1990 por el Departamento de Energía y los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos, bajo la dirección del Dr. James D. Watson, con un plazo de realización de 15 años.
Debido a la amplia colaboración internacional, a los avances en el campo de la genómica, así como a los avances en la tecnología informática (directamente relacionada con la Ley de Moore de capacidad de procesamiento), un borrador inicial del genoma fue terminado en el año 2000 y anunciado conjuntamente por el ex-presidente Bill Clinton y el ex-primer ministro británico Tony Blair en una conferencia de prensa en la Casa Blanca el 26 de junio de ese año. Finalmente el genoma completo fue presentado en abril del 2003, dos años antes de lo esperado.
Además, un proyecto comercial paralelo se realizó por fuera del gobierno liderado por la Corporación Celera cuyo Director en ese momento era el Dr. Craig Venter. El futuro se veía muy promisorio.
Sin embargo en la década siguiente, la aplicación práctica de la información genómica ha sido decepcionantemente lenta, y solo en el presente año se percibe que esto esté a punto de cambiar. El mercado se está acercando rápidamente al uso generalizado en la medicina clínica de la secuenciación del genoma completo (WGS – Whole Genome Sequencing) que consiste en la secuenciación completa de los más de 6 mil millones de pares base de ADN de nuestro genoma individual.
Hace apenas 10 años, inmediatamente despues de su anuncio, comenzó lo que se llama “carrera de los 1000 dolares”, es decir lograr que la secuencia del genoma completo (WGS) pueda lograrse comercialmente a ese costo, ya que este es el punto mágico en el que se espera involucrar a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, y donde muchos expertos en el campo creen que el WGS será económicamente viable para su uso rutinario en la atención médica. Hoy en día, el WGS está comercialmente disponible por menos de U$10.000, y varias empresas están compitiendo para obtener el costo por debajo de 1.000 dólares en los próximos meses.
A pesar de no haber alcanzado este hito el WGS ya está siendo adoptado rápidamente en todo USA. En 2009, menos de 100 personas se realizaron un WGS, pero ese número aumentó a más de 2.000 en 2010 y se espera llegar a 30.000 este año. La adopción acelerada del WGS trae consigo muchas promesas, pero como con cualquier cambio tecnológico, también tendrá consecuencias disruptivas para el mercado de la salud al menos en un período de transición. Por desgracia para los médicos, es probable que ellos deban soportar buena parte del peso de esas consecuencias.
Es muy probable que durante este período de transición los médicos sean extraordinariamente vulnerables a las demandas legales, independientemente si deciden aceptar o resistir el uso del WGS con sus propios pacientes. También otros actores en el campo de la salud, como los laboratorios de análisis genéticos podrán ser objeto de demandas por conductas negligentes o por una mala interpretación de las pruebas genéticas, cuyos resultados solo deberían ser comunicados y explicados a los pacientes por los médicos, ya que este es el paso que supone la mayor obligación y conlleva la mayor responsabilidad para con el paciente.
Como con cualquier nueva tecnología, muchos médicos se resistirán a adoptar el WGS, al menos inicialmente, aunque a medida que el costo de la secuenciación continúen disminuyendo, y cada vez más médicos y pacientes adoptan el uso de esta tecnología, la brecha de rendimiento entre los que lo adopten y los que lo resisten, inevitablemente será más grande.
Se estima que cada uno de nosotros tiene más de 100 variantes que podría aumentar significativamente nuestro riesgo de enfermedades genéticas y el WGS puede detectar cada una de esas variantes. Esa es una cantidad abrumadora de problemas potenciales para su evaluación ya que no hay en absoluto suficientes médicos genetistas formados en esta tecnología para satisfacer esta demanda, lo que dejará la carga de la comprensión y la comunicación de esta información a los médicos clínicos o generalistas que tienen poco o ningún entrenamiento en genética.
Es cierto que, de momento, no sabemos qué significado tienen el 99% de esos cambios genéticos, pero sí conocemos algunos muy importantes. Por ejemplo, si una mujer tiene una mutación en el gen BRCA, debería hacerse una mamografía frecuentemente porque tiene un alto riesgo de cáncer de mama. Si una persona tiene una mutación en un oncogen relacionado con el cáncer de colon, debería hacerse una colonoscopia anual. De manera más general, un número creciente de pacientes con cáncer se beneficiarán de las terapias oncológicas a medida, basadas en las nuevas mutaciones en el tumor descubierto mediante la comparación de los genomas completos de sus células sanas con los de sus células tumorales. En definitiva, permitirá tomar medidas preventivas, decidir dietas especificas, etc.
Teniendo en cuenta estos éxitos, parece claro que el WGS va a ser bueno para los pacientes, lo que les permitirá recibir un tratamiento adaptado a su composición genética personal. Sin embargo, si la secuencia del genoma llegara a ser casi tan rutinario como, por ejemplo, una colonoscopia o el chequeo del colesterol, los médicos (la mayoría de los cuales - repito - no tienen entrenamiento formal en genética) se encontrarán en una situación precaria, ya que es probable que no reconozcan algunas de estas variantes de potencial importancia, y si eso ocurre, el médico puede esperar una demanda por negligencia y mala praxis, cuando su paciente sufra una enfermedad (o la muerte) cuando se podría haber evitado.
Quizás la solución a esto sea el desarrollo de un software para que el médico pueda interpretar los datos y un protocolo (similar al consentimiento informado) para que el paciente reciba sólo la información que quiera. Habrá gente que no querrá saber si va a tener una enfermedad neurodegenerativa para la que no hay cura, pero en cambio sí querrá conocer si tiene predisposición a tener un tipo de cáncer que puede curarse si se trata a tiempo.
Otra fuente potencial de responsabilidad se relaciona con el deber de un médico para divulgar los resultados genéticos de importancia médica a los familiares de un paciente. A diferencia de la mayoría de los exámenes médicos, la información genética es relevante no sólo para los pacientes, sino también para los miembros de su familia, ya que ellos mismos pueden ser portadores de las mismas variantes genéticas.
Pero mientras tanto, nuestros legisladores se miran el ombligo totalmente ausentes, e ignorantes de las consecuencias implícitas en la adopción de estas nuevas tecnologías. Los códigos de ética profesionales de las asociaciónes médicas y las leyes actuales no crean un marco real para esta tecnología lo que garantiza que los jueces en los tribunales tomarán decisiones arbitrarias e inconsistentes. Sin dudas los principios legales y éticos, de confidencialidad y divulgación actuales, no están preparados para el uso generalizado del WGS y es improbable que el Consentimiento Informado pueda ampliarse para seguir justificando falencias de capacitación teórica y formación profesional.
También otras dinámicas del WGS intensifican los riesgos de mala práxis médica. Habrá cambios constantes y rápidos en nuestro conocimiento sobre el significado de diferentes variantes genéticas, lo que requerira de los médicos constantes re-evaluaciones del diagnóstico, pronóstico y tratamiento de sus pacientes. Además, como los pacientes se volveran cada vez más familiarizado con la genética, comenzaran a hacer preguntas más informadas y con mayores matices a sus médicos acerca de los factores genéticos, lo que conlleva la creación de nuevos riesgos de responsabilidad si el médico no responde de forma precisa o completa. Para los hipocondríacos esto será el paraíso.
Por ejemplo, deberíamos considerar a un paciente que manifiesta su preocupación por su riesgo para un tipo particular de cáncer, que puede verse afectada por decenas de genes ¿Si el médico nota (o no) una mutación significativa en uno de esos genes y no lo comunica correctamente, puede tener un mayor riesgo de responsabilidad por mala práxis con el paciente? En este entorno, los médicos se verán obligados a aprender genética en el día a día (y rápidamente), o van a pasar gastando gran parte de su tiempo y de sus ingresos en un litigio tras otro.
¿Las escuelas de medicina están formando estudiantes de acuerdo a estos retos y a las implicaciones del WGS? No lo sé, aunque hay una cosa que puedo apostar. La escuelas de derecho desarrollaran cursos de Genética y Derecho con mucha mayor eficiencia, por lo que una nueva generación de estudiantes de derecho estará lista para la próxima ola de demandas por mala práxis médica basada en la genética.
En definitiva, el WGS va a ser una herramienta fundamental para la medicina preventiva y para Mantenerse Sano, pero como pacientes / usuarios debemos entender que la adopción de esta tecnología no solo dependerá de su costo, sino de la correcta capacitación de los profesionales y de la seguridad jurídica formada alrededor de ella.

2 de noviembre de 2011

El Derecho a la Salud



En los últimos meses escuché demasiados “Todos tenemos Derecho a la Salud”, y “La Salud es un Derecho Inalienable”, o “Vamos a darle Salud a todos los Argentinos” y cientos de otras frases hechas que me remitieron a la conocida aficción de nuestros políticos por los brindis. Pero no, esa catarata de creatividad resultó el saldo de la interminable campaña electoral que, Gracias a Dios, terminó hace un par de semanas.

Entonces me pregunté, ¿qué derecho tengo sobre mi salud?, tratando de saber qué incluye este derecho y donde tengo que reclamar lo que me falta. La información que reuní después de una larga investigación puede resumirse en los siguientes conceptos.

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